viernes, 4 de noviembre de 2011

TE GUSTA LA MAGIA?





INTRODUCCIÓN AL MUNDO DE LAS HADAS

En el comienzo del tercer milenio, con un mundo globalizado y preocupado mas en la geopolítica y en amasar cuantiosas fortunas, apoyados en un desarrollo tecnológico imponente, con un hombre sumido en la velocidad y el stress ciudadano, te preguntaras, porque hablar de algo tan lejano al mundo real, que forma parte del universo de la ilusión y la fantasía. La respuesta será, tal vez, que esos seres mágicos nos dan la esperanza, de que, la imaginación inocente de la niñez, aun perdura dentro de nuestros corazones, solamente adormecida, esperando que una fresca brisa de un puro de corazón, desprovisto de toda maldad, halle las condiciones optimas, para volver a ver, hablar y creer en las hadas como cuando era niño. 


VIDA, MUERTE Y PENSAMIENTO DE LAS HADAS


Un tema discutido y discutible es la mortalidad de las hadas, ¿son mortales como los humanos o inmortales como los dioses? En este tema, salvo excepciones, parecen todos ponerse de acuerdo en afirmar que las hadas son mortales, pero eso sí, su vida es mucho más larga que la nuestra.

Recordemos que su tiempo no es el mismo que el nuestro, que un año en la vida de un hombre es un día en el mundo de las hadas. El tiempo, al transcurrir tan lento, hace que tarden mucho en envejecer y en morir. Esta lentitud del tiempo puede provocar la sensación de que no transcurre, de que no envejecen, y que no mueren. Pero no es cierto.  No hay que equiparar la muerte de las hadas con la de los humanos; las hadas simplemente desaparecen. Para que una Asrai muera, es suficiente con que le dé la luz del sol, que la disuelve en agua, y cuando el agua se seca desaparece. Para matar a una Dríade basta talar el árbol en el que ella vive, al matar el árbol muere con él su hada.

Según afirman las hadas no tienen alma, por lo que es más fácil de comprender que tengan una conducta tan diferente de la humana. Al parecer,  las hadas no tienen un alma individual, sino colectiva, lo que explicaría mucho de su forma de actuar. Explicaría su deseo de tener un alma el que en ocasiones se muestren traviesas o malas con el hombre, fruto de la envidia, o también el que anhelen por otro lado unirse a los hombres. El matrimonio con un hombre les daría un alma, por eso es tan terrible para la ley de las hadas el casarse con un hombre, porque se alejan del alma colectiva que las une a las demás.


En algunos relatos de matrimonio entre hada y mortal, el hada le pone como condición que jamás le diga lo que oye cuando pasa de nuevo por el sitio donde la recogió, que nunca le diga lo que están diciendo sus hermanas, porque entonces tendría que volver. Normalmente lo que suelen decir es “vuelve con los tuyos”, entre llantos. El dolor que sienten sus hermanas nos confirma la traición que supone para las hadas el que un hada se case con un mortal.








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